PANAMÁ | Vint®
No todas las influencias en Vint® son sajonas, aunque hay que reconocer que el sombrero Panamá no se llamaría así de no haberse puesto por en medio algún presidente estadounidense. Lo llamaríamos sombrero ecuatoriano, aguadeño o Montecristi y su razón de ser nos conecta con nuestro lado latino. En un sentido poético, también, pero sobre todo porque sus orígenes tienen que ver con la necesidad de encontrar una solución con estilo al vestir nuestra cabeza. Con estilo transpirable, capaz de estilizar camisas y trajes claros, pero sobre todo de cubrir la cabeza, crear sombra y hacerlo con frescura.
Su origen ecuatoriano se fue disipando a lo largo del siglo XIX hacia el Sur y Centroamérica. Tuvo que ser una foto en la prensa yanqui a Theodore Roosevelt la que solidificara su nombre: Panamá. Para entonces, él y otros pirados por la fiebre del Oro, habían ido bajando desde California hasta el estrecho margen del nexo continental. Y allá, con la obra faraónica del canal de Panamá, este sombrero era uno de los pocos rasgos de estilo entre los ejecutivos que lograron conectar el Atlántico con el Pacífico. No solo conectaron el tránsito marítimo en aquellos días: conectaron al resto del mundo con el estilo limpio y funcional del jipijapa (nombre original tomado de la pequeña ciudad donde nació).
El Panamá es desde 2012 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Sin quitarle mérito ni relevancia, para nosotros es, sobre todo, una prenda capaz de otorgarnos clase desde la máxima sencillez. Frescura y líneas amplias, pero también referentes culturales llenos de carácter como Johnny Depp, Anthony Hopkins, Robert Redford o Joaquín Sabina, Juan Luís Guerra o Rubén Blades. Y también para ellas/nosotras, porque ha inmortalizado a nombres tan influyentes en la cultura popular global como Marilyn Monroe, Salma Hayek o Madonna. Vint también tiene un Panamá para todas, para todos.