TRILBY | Vint®
La historia de un sombrero siempre es incierta. De repente, un diseñador en Londres o una modista en París empiezan a acortar esta ala o ensanchar la posterior. Otro sombrerero, a partir de ese hallazgo, quizá en busca de una imagen más austera, recorta la copa y la aplana. Y así va sucediendo la incierta historia de un sombrero en el que influye todo: las relaciones sociales, la economía y hasta el clima. Y el mundo va dando forma al lenguaje de los sombreros hasta que, ¡eureka!, algún hito fija para siempre la silueta icónica de un momento.
La forma del Trilby quedó fijada gracias a una novela, obra del caricaturista y escritor: George du Maurier. El protagonista de esta obra tan gótica como excéntrica es Trilby O’Ferrall, un artista pordiosero que acabó convirtiéndose en un personaje tremendamente popular en el teatro de Londres. Tanto se representó la obra que toda la ciudad empezó a llamar Trilby al sombrero del protagonista. Tan popular se hizo que la sombrerería más antigua del mundo, Lock & Co. (1676), debe buena parte de su fortuna y existencia a este sombrero de ala estrecha y borde inclinado.
El Trilby es una versión estilosa del Fedora (otro sombrero que fija su nombre en el teatro londinense). Tanto es así, que puede utilizarse únicamente en la parte posterior de la cabeza y no únicamente para generar sombra en los ojos (algo que en Londres preocupa poco durante buena parte del año. A nosotros, en realidad, nos recuerda al Frank Sinatra de la portada de ‘In the wee small hours’ (1955). Un disco lleno de estilo y que parece sonar cuando lucimos un Trilby en la cabeza.
Una anécdota que nos encanta en esto de fijar el nombre de prendas de ropa desde la literatura, los du Murier no solo nos legarían el Trilby. Daphne du Maurier, nieta del autor de Trilby y escritora favorita de Alfred Hitchcock, logró que a través del cineasta acabáramos llamando rebeca a la prenda de lana que lucía la protagonista de Rebecca. Daphne tuvo una vida tan exitosa que no le hizo falta cobrar royalties de semejante aportación. Por cierto, un trilby con una rebeca combinan genial. ¿Casualidad?